

Glorius
El lunes de Carnaval fui a ver la
obra de teatro Glorius, en el teatro
Trasnocho en El Paseo Las Mercedes. La obra está basada en una historia real, sobre una cantante de
los años cuarenta que a pesar de tener una voz espantosa, la fortuna que hereda de su padre hace posible
que conquiste las voluntades de los más doctos y de las mentes mas ilustradas
de la época. La depresión económica causada por la segunda guerra mundial hace
de esta historia una expresión de lo que hace mucha gente para sobrevivir aun en
contra de lo que su educación y su conciencia le dicta. La obra se basa en la vida
de Florence Foster Jenkins una excéntrica soprano estadounidense (1868-1944)
Uno de los discos que Florence
grabó -en 78 Revoluciones- se titulaba: “The Glory of Human Voice”, (luego esto
se llevó a CD. Quien quiera perder su dinero comprando esto, adelante) razón
por la cual deduzco que pusieron a la obra de teatro este nombre de “Glorius”.
Aún cuando la actuación de Elba Escobar
fue magistral y me hizo reír con sus graciosos contoneos - comiquísimos de
verdad - mientras “chillaba” algo parecido a un sonido, el argumento de la obra
no fue suficiente para llenar el vacío que deja la falta de una trama mas
sólida y mejor elaborada. No hubo un “climax”
porque sencillamente la trama comienza y termina prácticamente en los primeros cinco minutos de la obra. Queda
injustamente en manos de los actores rellenar el vacío que el escritor de la
obra deja durante la hora y cuarto restante de la presentación. Me encantó la
actuación del actor Germán Anzola quien fue decisivo para no dejar decaer la trama.
Es una obra que no agota al actor emocionalmente pero definitivamente no puede
ser interpretada por novatos porque se requiere bastante experiencia ante este
enorme reto de llevar adelante una obra algo “simplona” en su desarrollo frente a un público exigente que tiene altas
expectativas.
La obra original es de un autor
británico llamado Peter Quilter y no tengo la información precisa de quien o
quienes hicieron la adaptación al estilo colorido local de nuestro país. Aclaro
que, no estoy haciendo estos comentarios basada en la obra original porque no
la conozco pero si en la obra adaptada que presencié recientemente.
Florence Foster muere al mes de presentarse en
el Carnegie Hall y cumplir su gran sueño.
Quien tenga ganas de reírse un
rato y pasarla bien sin muchas pretensiones intelectuales puede ir a verla y disfrutar de las
excelentes actuaciones de nuestros artistas. Todos magníficos. ¡Bravo!. Bien
merecían la ovación de pie que hicimos al final.
Florence, aún sin una pizca de
talento pudo hacer realidad un sueño que mucha gente con talento no llega a
cumplir. Llevando esta reflexión a la mas pura expresión coloquial y criolla
diría que, aunque “Dios no le dio cacho al burro”, el burro puede lograrlo.
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Aclaratoria:
“Dios no le dio cacho al burro”: Es
decir no puede darle a alguien algo si no lo merece o no lo sabrá usar.
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