A todos sin excepciòn, nos ha tocado la tarea de asistir a un entierro, sea por obligaciòn, por sentimiento o por placer. Para algunos macabros, este hecho , tan sencillo y cuestionado, resulta ser la mayoría de las veces pintoresco, para mi, demasiado pintoresco. He aqui que me explico o en lenguaje mas popular, me explayo:
1.- Siempre entraran a la capilla o sala de velorio, los perdidos, aquellos con caras de extraviados que buscan entre la multitud el viudo o viuda para extender el pèsame que suelen darlo muchas veces de manera equivocada, pues un simple lo siento, suele ser a veces monótono.
2.- Luego desfilarán los familiares llorando, muchos que nunca se pasearon por la casa y que agonizantes por la pérdida se nos aferran a un brazo. Dios salve que alguno se le haya olvidado ponerse desodorante.
3.- Las tias con los rosarios en la mano no faltan. Cada una en un rincón seguirá a la otra al unísono que levantan los decibeles entre misterio y misterio. Peco de inculta, pero el rosario que aprendi en la escuela se queda corto con los actuales, le suman y suman palabras
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