No me vayas a comer, que no es tu hora de almuerzo -dice el ratón.
-Mis amos me han dejado solo y hambriento, así que no tengo alternativa -responde el gato-
Además ¿para qué voy a hablar contigo?. Sabes cual es tu final.
-Aunque no lo creas, puedo serte útil. Piénsalo bien. Si me comes ahora, no tendrás qué comer para mañana. Yo podría arreglar eso.
- ¿Tú?... ¿qué puede hacer un miserable y pequeño ratón para conseguirme comida por varios días?. No trates de ganar tiempo. No servirá de nada.
-¡No!... ¡por favor!...al menos escucha mi plan: Los humanos de la casa de al lado odian a los ratones.
- Entonces estarán felices de que te coma.
- ¡Escucha!... puedo hacer que me persigan hasta acá; cuando se den cuenta de que tus amos te dejaron solo, se harán cargo de ti. Así tendrás alimento todos los días.
El gato decidió pensar unos minutos la interesante propuesta. Cuando de repente...
-Hola compadre -saluda entrando a la habitación el gato del vecino-¿qué te pasa que no te comes al ratón que tienes debajo de tu pata?
-Estoy negociando.
-¿Negocias con ratones?
Ahora sí estoy en problemas –pensó el ratón- si no me come uno, me come el otro, tengo que pensar rápido...
- Sí, él quiere que la gatita Mimí me persiga hasta acá para tratar de enamorarla, pero yo le estaba explicando que Mimí era tu novia. –dijo rápidamente el ratón-
-¿Cómo?... ¡Mimí es míiiia!...
Y antes de que el sorprendido gato hambriento pudiese responder algo, el gato del vecino se abalanzó sobre él comenzando una furiosa pelea.
El ratón corrió lo más rápido que le daban sus patitas. Agitado y recobrando el aliento se detuvo en una esquina.
-¡Uff!... esto de ser ratón es todo un oficio
-Mis amos me han dejado solo y hambriento, así que no tengo alternativa -responde el gato-
Además ¿para qué voy a hablar contigo?. Sabes cual es tu final.
-Aunque no lo creas, puedo serte útil. Piénsalo bien. Si me comes ahora, no tendrás qué comer para mañana. Yo podría arreglar eso.
- ¿Tú?... ¿qué puede hacer un miserable y pequeño ratón para conseguirme comida por varios días?. No trates de ganar tiempo. No servirá de nada.
-¡No!... ¡por favor!...al menos escucha mi plan: Los humanos de la casa de al lado odian a los ratones.
- Entonces estarán felices de que te coma.
- ¡Escucha!... puedo hacer que me persigan hasta acá; cuando se den cuenta de que tus amos te dejaron solo, se harán cargo de ti. Así tendrás alimento todos los días.
El gato decidió pensar unos minutos la interesante propuesta. Cuando de repente...
-Hola compadre -saluda entrando a la habitación el gato del vecino-¿qué te pasa que no te comes al ratón que tienes debajo de tu pata?
-Estoy negociando.
-¿Negocias con ratones?
Ahora sí estoy en problemas –pensó el ratón- si no me come uno, me come el otro, tengo que pensar rápido...
- Sí, él quiere que la gatita Mimí me persiga hasta acá para tratar de enamorarla, pero yo le estaba explicando que Mimí era tu novia. –dijo rápidamente el ratón-
-¿Cómo?... ¡Mimí es míiiia!...
Y antes de que el sorprendido gato hambriento pudiese responder algo, el gato del vecino se abalanzó sobre él comenzando una furiosa pelea.
El ratón corrió lo más rápido que le daban sus patitas. Agitado y recobrando el aliento se detuvo en una esquina.
-¡Uff!... esto de ser ratón es todo un oficio
1 comentario:
¡Más vale maña que fuerza! jja
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