Plaza “El Cristo” de Baruta, 8 a.m., comienza el movimiento de carros cuyos dueños van hacia algún sitio alrededor de la plaza y buscan estacionamiento. Un chofer está tratando de estacionar y un hombre de aspecto descuidado, desempleado, le guía hacia un puesto vacío en el borde de la calle.
__ Por aquí Doctor, tranquilo que yo se lo cuido. ¡Dele!, ¡dele más!....
__ ¿Ud. es funcionario de la prefectura?
__ No, yo me rebusco en la plaza, tu sabes como está la vaina.
__ Mire, prefiero buscar un estacionamiento con vigilancia.
__ Pero bueno, ¿cuál es el turuleque? ¿Vas a desconfiar ahora?
__ No, no, voy a buscar más adelante.
__ ¿Qué doctor del carajo vas a ser tú? Vete, muévete, que tengo clientes esperando.
__ Por aquí Doctor, tranquilo que yo se lo cuido. ¡Dele!, ¡dele más!....
__ ¿Ud. es funcionario de la prefectura?
__ No, yo me rebusco en la plaza, tu sabes como está la vaina.
__ Mire, prefiero buscar un estacionamiento con vigilancia.
__ Pero bueno, ¿cuál es el turuleque? ¿Vas a desconfiar ahora?
__ No, no, voy a buscar más adelante.
__ ¿Qué doctor del carajo vas a ser tú? Vete, muévete, que tengo clientes esperando.
2 comentarios:
Excelente manera de poner en letras, con precisión, algo que nos sucede a todos día a día. Felicitaciones y un abrazo.
Ele, tu versatilidad es impresionante. El cuento es corto pero ni le falta ni le osbra nada. Es justo lo que describe la realidad de lo que somos. Me encanto. un abrazooteee!
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